Parroquia al dìa.
Parroquia de San Lázaro
Sábado, 24. A las 12, Celebración de bodas de plata. A las 6 tarde, misa. A las 8 tarde, misa.
Domingo, 25. (Cambio de hora). XXX del Tiempo Ordinario. A las 11, misa de las familias con niños. A las 12’30, misa. A las 8 tarde, misa.
Lunes, 26. A las 7’30, Rosario por las familias y la vida. A las 8 tarde, misa.
Martes, 27. A las 5’30 tarde, Catequesis de 3º de primaria. A las 7 tarde, Ensayo de Cantos. A las 8 tarde, misa.
Miércoles, 28. San Simón y Judas Tadeo A las 5’30 tarde, Catequesis de 2º de primaria. A las 8 tarde, misa.
Jueves, 29. De 10 a 12, Misa y exposición del Santísimo para la Adoración. A las 7 tarde, Adoración. A las 8 tarde, misa.
Viernes, 30. A las 6’15, Oración y vida, para la Nueva Evangelización, abierta a todos. A las 8 tarde, misa.
Sábado, 31. A las 6 tarde, misa. A las 8 tarde, misa.
Domingo, 1. Todos los Santos. A las 11, misa de las familias con niños. A las 12’30, misa. A las 8 tarde, misa.
Evangelio
¿Por qué dice el evangelio que la pregunta por el primer y principal mandamiento de la Ley de Dios es una pregunta para poner a prueba a Jesús? Porque entre los fariseos y los saduceos había una discusión sobre el mandamiento principal y sobre los más importantes, o si todos y cada uno de los mandamientos y preceptos debía ser observado sin falta. Y buscaban que Jesús les diera la razón. Los Saduceos insistían en las obligaciones del Templo y los sacrificios rituales. Los Fariseos en la Ley y en el cumplimiento de los preceptos que venían a completarla, para un buen cumplimiento de la Ley.
Jesús podía contestar: guardar el Sábado, estudiar las Escrituras…; o también, tratándose del mandamiento principal y primero, amar a Dios con todas tus fuerzas. Contestó lo segundo y ellos no podían sino estar de acuerdo, lo recitaban cinco veces al día con el Shemà Israel. Pero Jesús, tras contestar el primer mandamiento: amar a Dios con todo nuestro ser, continúa y les dice que hay un segundo mandamiento semejante al primero, amar al prójimo, lo sabían, pero no se esperaban este énfasis.
Decir que amar al prójimo es semejante a amar a Dios no se lo esperaban, no era habitual entre los fariseos dar tanta importancia al amor al prójimo. De acuerdo con lo que recitamos en el Shemà: “Escucha Israel: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu mente, con todas tus fuerzas, con todo tu ser”. Eso lo tenían muy presente, pero luego iban a sus asuntos y dejaban las cosas más o menos como estaban: se separaban de los que llamaban “impuros”, pobres, enfermos, campesinos y ganaderos, enterradores, mujeres en menstruación, siervos, extranjeros, etc. El prójimo no era alguno de aquellos, el prójimo era el cercano a ellos y el semejante a ellos.
Por eso, este texto de Mateo debe completarse con el otro de Lucas, donde figura la pregunta que busca la autojustificación farisea: ¿y quién es mi prójimo? A lo que Jesús contesta contando la parábola del Buen samaritano. También la podían contestar con ayuda de las Escrituras. Así, en el día de hoy, la primera lectura proclama: “No oprimirás ni vejarás al extranjero, porque extranjeros fuisteis vosotros… No explotarás a los empobrecidos como viudas y huérfanos… No practicarás la usura cuando prestes tu dinero. Y si le tomas en prenda algo, mira que no lo vaya a necesitar para su salud”. Con esa delicadeza habla Dios en uno de los libros de la Ley como es el Éxodo. Algo a tener muy en cuenta no sólo los fariseos del tiempo de Jesús sino también nosotros hoy.