Parroquia al Día
Parroquia de San Lázaro / Parròquia de Sant Llàtzer
Sábado, 27. A las 6 tarde, misa, por el pueblo. A las 8 tarde, misa, por el pueblo.
Domingo, 28. II de Cuaresma. A las 11, misa, en sufragio de difuntos de la familia Gómez Bertomeu. A las 12’30, misa, en sufragio de Ramón, Josefina y Familiares difuntos. A las 8 tarde, misa, por el pueblo.
Lunes, 1. A las 10 de la mañana, misa por el pueblo. A las 8 de la tarde, misa por el pueblo.
Martes, 2. A las 10 h., misa por el pueblo. A las 8 tarde, misa, por el pueblo.
Miércoles, 3. A las 10 h., misa, en sufragio de los difuntos de la familia Guillen Salazar. A las 8 tarde, misa, por el pueblo.
Jueves, 4. De 10 a 12, misa y adoración eucarística, por el pueblo. A las 7 tarde, Adoración. A las 8, misa, por el pueblo.
Viernes, 5. A las 10 h., misa, en sufragio de Antonio Gómez. A las 6 tarde, Oración y Vida, abierta a todos, aunque lo realizamos telemáticamente, pedir al sacerdote ser invitados (Preparándonos para relanzar la evangelización). A las 7’30, Viacrucis. A las 8 tarde, misa, por el pueblo.
Sábado, 6. A las 6 tarde, misa, por el pueblo. A las 8 tarde, misa, por el pueblo.
Domingo, 7. III de Cuaresma. A las 11, misa, en sufragio de difuntos de la familia Gómez Bertomeu. A las 12’30, misa, por el pueblo. A las 8 tarde, misa, por el pueblo.
Si los contagios van descendiendo, nos gustaría volver esta semana ya a la catequesis de niños presencial. La transmisión de la fe no se hace virtualmente sino de persona a persona.
El Evangelio
La Iglesia nos propone las lecturas bíblicas de los domingos para esta cuaresma, siguiendo la historia de las Alianzas. Las lecturas nos van llevando de promesa en promesa, de alianza en alianza, de corrección en corrección y de plenitud en plenitud.
Los hombres creían que un diluvio era castigo de los dioses; en cambio Dios dice no haberse arrepentido de habernos creado, y nos da el Arco Iris como señal de bonanza, detrás de cada tormenta que suframos. Los hombres creían que los dioses pedían el sacrificio del hijo primogénito, pues la vida sólo podía venir de la divinidad y justo era reconocérselo; en cambio Dios dice a Abrahán que no lo haga, que su hijo Isaac era hijo de la promesa, y que le bastaba su gesto de fe y entrega, dispuesto a la renuncia de lo que humanamente más amaba. Abrahán se fiaba del Dios de la promesa, más allá de que se cumplirá su promesa como él esperaba. Así pues, la voluntad de alianza de Dios con los hombres seguía, y la promesa de su cumplimiento se concretaba ahora en los descendientes de Abrahán, por la fe.
Y ¿qué escena proponer después de haber contemplado el díptico del Jordán/Bautismo y del Desierto/Tentaciones, en domingos anteriores? El Jordán y el Desierto fueron ocasión para la plena revelación de la identidad de Jesús, como Hijo amado del Padre hecho plenamente humano, hasta sufrir tentaciones como nosotros, porque nuestro conocimiento y libertad son finitos, somos criaturas.
Hoy, una segunda escena viene a complementar la primera: la de la Transfiguración, revelación de su filiación divina en la intimidad de los tres discípulos íntimos de Jesús. Sí, pero con el aviso de mantener el secreto mesiánico hasta que con su muerte y resurrección se manifieste cómo fue Mesías Jesús. Porque no se iba a comprender a Dios si no se comprendía que el Reinado de Dios asumía el rechazo de los hombres, su pecado; y que lo vencía y lo redimía; lo salvaba, porque su amor perdura eternamente.
En este segundo domingo de cuaresma contemplamos que la promesa de Dios lleva toda la garantía de Dios y la historia de esperanza que Él había iniciado con los hombres: ahí están Moisés y Elías, la Ley y los Profetas; historia que muestra la condescendencia, pedagogía y fidelidad de Dios con nosotros. Ahora con Jesús, esa condescendencia, pedagogía y fidelidad se iban a radicalizar y mostrar más plásticamente todavía. Desde Abrahán a Moisés, a David, a Jeremías y Ezequiel, hasta Jesús, contemplamos un caminar de promesa en promesa, de alianza en alianza, de corrección en corrección -pedagogía-, de fidelidad en fidelidad y de plenitud en
plenitud. ¡Maravilla de pedagogía, la de Dios nuestro Padre y Padre de Jesús! A seguir dejándonos reeducar por Dios; nos irá mucho mejor.