Aleluya

Parroquia de San Lázaro – Parròquia de Sant Llàtzer

Sábado, 27. Comienza el Adviento. A las 6 tarde, misa, por el pueblo. A las 8 tarde, Solemne misa parroquial de inicio del Adviento con la participación del Coro Canto Llano, por la nueva programación pastoral en San Lázaro.

Domingo, 28. I de Adviento. A las 11, misa, por el pueblo. A las 12’30, misa, en sufragio de las almas del Purgatorio. A las 6 tarde: Concierto extraordinario benéfico para Cáritas, colaboración sencilla 5 euros. A las 8 tarde, misa, por el pueblo.

Lunes, 29. San Álvaro. A las 8 tarde, misa por el pueblo.

Martes, 30. San Andrés. A las 8 tarde, misa, en sufragio de Ramón, Josefina y familiares difuntos.

Miércoles, 1. A las 5:15, Catequesis. A las 7 tarde, Oración contemplativa. A las 8 tarde, misa, por el pueblo.

Jueves eucarístico, 2.  A las 10 h. Misa y Adoración, hasta las 12. A las 7 tarde, Exposición del Santísimo, rosario y trisagio. A las 8 tarde, misa, por el pueblo.

Viernes, 3. San Francisco Javier. A las 6:30 tarde, Sesión de Oración y vida, comunidad de San Lázaro para la nueva evangelización. A las 8 tarde, misa, en sufragio de los difuntos de la familia Ros Alegre.

Sábado, 4. Santa Bárbara. A las 6 tarde, misa, por el pueblo. A las 8 tarde, misa por el pueblo.

Domingo, 5. II de Adviento. A las 11, misa, por el pueblo. A las 12’30, misa, en sufragio de Antonio Gómez. A las 8 tarde, misa, por el pueblo.

Con el Adviento, saliendo de la pandemia, San Lázaro vuelve en modo puertas abiertas. Nueva etapa pastoral con la sinodalidad. Conciertos de música clásica. Encuentros sinodales en diálogo. Retiros. Alpha. Delta. Oración y Adoración. Ministerio de la escucha y acogida.

 

El Evangelio

“Mirad que llegan días en que cumpliré mi promesa… En aquellos días y en aquella hora… suscitaré un hijo de David que hará justicia y derecho en la tierra. En aquellos días se salvará Judá… A Jerusalén la llamarán así: ‘Señor-nuestra-justicia’.” Así cantaba Jeremías. La promesa del Señor era promesa de Salvación. La esperanza del profeta era que Judá y Jerusalén conocerían la paz y habitaría en ellas la Justicia del Señor.

¿Cuándo se revelarían esos días anunciados?  Vino Jesús y en Nazaret proclamó: Hoy se cumplen estas Escrituras; y anunciaba la llegada del reinado de Dios. Su llegada significaría no sólo la paz sino el conflicto, la crisis de un modo de reinar y gobernar los hombres sobre los pueblos. Y se produjo un cataclismo en un lugar de la tierra, fuera de la ciudad de Jerusalén, un lugar llamado Gólgota, el de la Calavera. Con la injusticia cometida contra Jesús, en su condena a muerte en cruz, siendo justo e inocente, se conmovieron los cimientos de la tierra, se conmovieron los cimientos de los reinos de este mundo. Temblaron los templos y todo el sistema sacralizado de organización de este mundo.

“Los hombres quedarán sin aliento por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo”. Un mundo nacía con nuevo aliento: “Bienaventurados los pobres en el espíritu”. Salieron a la luz los invisibilizados, los enfermos, los oprimidos o explotados, los descartados por el sistema. Existen, y lo sagrado, Dios, el Padre, desde Jesús, emergía desde ellos, desde abajo, desde los márgenes de la historia y la humanidad.

“Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y majestad”. Traerá el desquite de Dios y hará justicia. ¿Hemos de aplazar el cumplimiento de la esperanza hasta el Futuro absoluto, verdadero final de la historia? Al menos es una esperanza bien fundada: Jesús, el crucificado, el rechazado, resucitó ya y se hizo ver a sus discípulos confirmando en ellos su fe inicial en la llegada del reinado de Dios. Era verdad. Podemos vivir con plena esperanza. “Cuando empiece a suceder todo esto [la dosis diaria de angustia ante las amenazas; los cataclismos de la naturaleza símbolo de las crisis de este mundo; las injusticias que perduran y se renuevan…], entonces, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación. Permaneced “despiertos”, sobrios, “no se os embote la mente con el vicio, la bebida y los agobios de la vida”.