PARROQUIA AL DIA

HOJA DE ALELUYA.

Parroquia de San Lázaro 

 Sábado, 15. A las 6 tarde, misa. A las 8 tarde, misa.

Domingo, 16. VI del Tiempo Ordinario. A las 12’30, misa. A las 6 tarde, Retiro Espiritual. A las 8, misa.

Lunes, 17. A las 5’30, Refuerzo Escolar. A las 7’30 tarde, Rosario por la vida y la familia. A las 8 tarde misa.

Martes, 18. A las 5’30, Catequesis de 2º. A las 8 tarde, misa. 

Miércoles, 19. A las 5’30, Catequesis de 3º. A las 8 tarde, misa.

Jueves, 20. De 10 a 12 Adoración eucarística, comienza con la Eucaristía del día. A las 7 tarde, Adoración. A las 8 tarde, misa. A las 8’30, Reunión del Movimiento Juan XXIII.

Viernes, 21. A las 7 tarde, celebración final del Curso Alpha, A las 7’30 tarde, Rosario por la nueva evangelización. A las 8 tarde, misa.

Sábado, 22. A las 6 tarde, misa. A las 8 tarde, misa.

Domingo, 23. VII del Tiempo Ordinario. A las 12’30, misa. A las 8, misa.

 

El Evangelio

¿Jesús nos lo puso más difícil o más fácil? No es esa la cuestión. Pero escuchando a Jesús en este domingo da la sensación de que nos lo pone más difícil porque radicaliza la Ley de Moisés y no pide un cumplimiento externo de la ley sino su cumplimiento interno, nuestra obediencia de corazón a la voluntad original de Dios al crearnos, a su proyecto de hacernos hijos suyos y hermanos entre nosotros, a su sueño de abrir su comunión divina a la familia humana, para formar una familia humana y divina en comunión.

Desde este horizonte de la comunión trinitaria divina entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, ¿qué esperaba Dios de nosotros al crearnos? Que desde nuestra libertad creada llegáramos a elegir amar y dar vida porque habíamos recibido la vida para amar.

Ya educaba Dios a los hombres con los mandamientos “no matarás”, “no cometerás adulterio”, “no jurarás en falso”; pero para cumplir la voluntad de Dios en plenitud, Jesús nos anima a ir más lejos: ni siquiera dejarse llevar por la cólera; ni despreciar ni insultar al hermano; no permanecer en el odio o en rechazo al hermano; respetar a la mujer como al varón de modo que no caigamos en la trampa de nuestros deseos de agrado o placer ni en el fácil repudio de la pareja; abogar por la fidelidad y el amor para la vida de las personas y de los hijos; incluso ser sinceros con nuestro sí o nuestro no que no necesite del juramento…   Jesús nos anima a una justicia mayor que la de los escribas y fariseos, que se contentaban con el cumplimiento externo y escrupuloso de los mandamientos, pero su corazón estaba lejos del corazón misericordioso de Dios. Toda la Ley y los Mandamientos hay que acogerlos desde la comprensión del Dios que nos ha revelado Jesús. Dios no nos manda porque es el todopoderoso o por ser mayor que nosotros; lo que Dios manda es lo que nos hace bien como humanos, criaturas suyas llamadas desde nuestra libertad a ser sus hijos y hermanos entre nosotros, destinados a su comunión divina.

 

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