ALELUYA

Parroquia de San Lázaro – Parròquia de Sant Llàtzer

Cuaresma: Tiempo para volver a Dios y no alejarse ya de Él

Viernes, 18. A las 6 tarde, misa, en sufragio de María Jesús Gómez. A las 7’30, Viacrucis. A las 8 tarde, misa, en sufragio de José Safón.

Sábado, 19. San José. A las 11, misa, por el pueblo. A las 11:45, misa a intención de la Falla Benipexcar-Pobla del Duc. A las 12’30, misa a intención de la Falla Lluís Maiáns. A las 8 tarde, misa.

Domingo, 20. III de Cuaresma. A las 11, misa. A las 12’30, misa, en sufragio de Florencia Raimundo. A las 6 tarde, Retiro Espiritual. A las 8 tarde, misa, por el pueblo.

Lunes, 21. San Nicolás de Flue. A las 8 tarde, misa, en sufragio de José Safón.

Martes, 22. A las 8 tarde, misa, en sufragio de Simón.

Miércoles, 23. A las 8 tarde, misa, en sufragio de los difuntos e la familia Gómez Bertomeu. 

Jueves, 24. San Oscar Romero. De las 10 a las 12, misa y Adoración. A las 7 tarde, Adoración. A las 8 tarde, misa, los difuntos de la familia Molina Molina.

Viernes, 25. La Anunciación a María del misterio de la Encarnación. Jornada por la Vida. A las 7’30, Viacrucis. A las 8 tarde, misa, por el pueblo.

Sábado, 26. A las 12, Celebración del Perdón, niños y padres de 1ª comunión. A las 6 tarde, misa. A las 8 tarde, en sufragio de los difuntos de la familia Gil Tárrega; y por las Almas.

Domingo, 27. VI de Cuaresma. A las 11, misa, por las Almas. A las 11:30, Bautizo de Blanca. A las 12’30, misa. A las 8 tarde, misa, por el pueblo.

Encuentros Alpha: Aprender a compartir en grupo el Primer Anuncio cristiano

          Todos nos hacemos preguntas. Todos necesitamos unos de otros. ¿Por qué no compartir en grupo las preguntas que más nos importan? ¡Atrapa esta nueva oportunidad! A jóvenes y adultos, inicio de los encuentros martes 4 de abril a las 19:30 h. Llama al 693 00 20 33 o escribe a sanlazaropquia@gmail.com

El Evangelio Si no os convertís a Dios…, peligráis caer en guerras fratricidas.

En el Horeb, la montaña de Dios. El ángel del Señor se le apareció en una llamarada entre las zarzas. Aquí estoy. Descálzate, pues el lugar que pisas es terreno sagrado. Yo Soy el Dios de tus padres. He visto la opresión de mi pueblo…, conozco sus sufrimientos, he bajado a librarlo. “Yo Soy el que soy y estaré con vosotros”

El nombre de Dios no nos autoriza a disponer de él a nuestro antojo. El nombre de Dios, Yo Soy – Yahvé, nos habla del misterio de su presencia salvadora, de su condescendencia y amor, como misterio de luz para los hombres. Hay que descalzarse ante el misterio. Hay que ofrecerse: aquí estoy, heme aquí.

Luego, nuestros padres todos estuvieron bajo la nube de la presencia de Dios y se dejaron conducir por ella. Todos atravesaron las aguas, y se dejaron bautizar por la nube y por el mar. Desde entonces hasta hoy, todos comemos del mismo alimento espiritual (el maná – el pan compartido por Jesús) y todos bebemos de la misma bebida espiritual (el agua que mana de la roca – la sangre derramada por Jesús), para la vida de los hombres, para que resuciten y vivan se conviertan unos a otros y vivan, se conviertan a Dios y vivan. Dios nos sacó de la opresión y vivimos en libertad para amar. Gracias a Dios.

Pero… ¿qué pasa si después de Moisés y de Jesús, la opresión de unos hombres por otros y continúa la pasión de Jesús en la pasión de tantos ucranianos y rusos que caen bajo las bombas y la destrucción? ¿Qué pasa si toda guerra es una guerra entre hermanos, creados todos para llegar a ser hijos de Dios, la gran familia de los hijos de Dios?

Jesús también conoció matanzas. Le hablaron de la sangre de los galileos que derramó Pilados y mezcló con la de los sacrificios, y Jesús les pregunta: ¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos porque han padecido esto? Os digo que no. Hasta ahí estamos de acuerdo. Pero Jesús añade: “y si no os convertís vosotros, todos pereceréis de la misma manera”. Son palabras muy semejantes a las que dirigió a aquellas mujeres que lloraban compadecidas de él cuando subía al calvario cargado con la cruz y cayéndose: “Mujeres de Jerusalén, no lloréis por mí [¿no lloréis por Ucrania?], llorad más bien por vosotras y vuestros hijos, porque si esto hacen con el leño verde…” ¡Qué llamada a la conversión recibimos en estos días!