Aleluya
Cultos en Agosto:
Sábado 14. A las 8 tarde, misa en sufragio de Juan Antonio Casterá; y difuntos de la familia Guillén Salazar.
Domingo, 15. La Asunción de María. A las 12’30, en sufragio de Asunción Martínez y quienes se llamaron Asunción; y en sufragio de Julio César Correa Cordones y Milton Isaías Correa Cañizares.
Sábado 21. A las 8 tarde, en sufragio de María Jesús Gómez; José Peña y Juan Antonio Casterá.
Domingo, 22. XXI del Tiempo Ordinario. A las 12’30, en sufragio de Juan Antonio Casterá; y de las Almas.
Sábado, 28. San Agustín. A las 8 tarde, misa, en sufragio de Juan Antonio C.; y difuntos de la familia Guillén Salazar.
Domingo, 29. XXII del Tiempo Ordinario. A las 12’30, misa, en sufragio de Ramón, Josefina y familiares difuntos; y de Juan Antonio C.
Miércoles 1 de septiembre. A las 8 tarde, misa, en sufragio de Juan Antonio C.
Jueves, 2. A las 8 tarde, misa, en sufragio de Juan Antonio C.
Viernes 3. A las 8 tarde, misa, en sufragio de Juan Antonio C.
Sábado 4. A las 6 tarde, misa, por el pueblo. A las 8 tarde, misa, en sufragio de Juan Antonio C.
Domingo, 5. XIX del tiempo ordinario. A las 11, misa por las fallas. A las 12’30, misa en sufragio de Juan Antonio C; y de Antonio Gómez. A las 13’15, misa por las fallas.
El Evangelio: “Proclama mi alma la grandeza del Señor”
María, terminado el curso de su vida en la tierra, en comunión con los discípulos de Jesús, después de Pentecostés y un tiempo que acompañó la comunidad de discípulos en Jerusalén, fue llevada a la gloria del Cielo, para ser configurada plenamente con su Hijo, el Señor, vencedor del pecado y de la muerte. María participa en la resurrección del Señor por haber estado tan unida a Jesús en su maternidad, como no lo estuvo ninguna otra criatura humana.
María es la sorprendida por la gracia de Dios, vive a su sombra, el Espíritu de Dios la llena, ella se dispone totalmente a la voluntad de Dios y su misión en el misterio de la Historia de la Salvación que culminaría en su maternidad. Tan sorprendida por la gracia que su corazón se expresa en el himno del Magnificat: Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador. A ejemplo de María nos haría bien también a nosotros alabar a Dios por las maravillas que hace en nosotros y por nosotros. La acción de gracias continuada en nuestro día a día nos hace bien y nos compensa de tantas pesadumbres que nos alcanzan en nuestra vida o en la de otros por las noticias que nos llegan.
Gracias a la Vida y el Amor que es Dios, capaz de redimirnos, de sacarnos de nuestras esclavitudes y de las injusticias sufridas, del pecado y de la muerte. Con la Asunción de María la Iglesia celebra la victoria de Jesús resucitado sobre tanto pecado y muerte que nos abruman. Dejémonos sorprender por la gracia victoriosa de Dios, que no deja de regalarnos vida y luz, aun en medio de la oscuridad que conocemos. ¡Proclama mi alma la grandeza del Señor! Dios es la mayor esperanza y el mejor amor que el hombre pueda conocer