Andaban como ovejas sin pastor

El Evangelio:
Andaban como ovejas sin pastor
¿Y qué más le da a nuestro mundo moderno? Cada uno que haga lo que quiera.
No necesitan de guías ni pastores. Cada individuo es fuente de autoridad para sí mismo.
Es dueño de sí mismo, dueña de sí misma. La imagen de las ovejas no les representa.
Vale. Pero…, si vemos la experiencia a la que hemos llegado, es verdad que andamos
bastante perdidos, desorientados, sin visión ni misión por la que vivir, todo vale, o eso
se dice; aunque sabemos que no todo vale y nos rebelamos ante la injusticia.
Cuando vemos romperse a pedazos nuestro mundo y vemos amenazada la vida
sobre la tierra, deseamos unos buenos líderes para que corrijan lo meros intereses
financieros y económicos, líderes que recuerden a los poderosos, como lo hizo el Papa
Frncisco, que también existimos y que deseamos vivir en esta tierra de un modo más
solidario, sin descartar a pueblos ni personas. Sin esos liderazgos que piensen en lo que
conviene a todos y en clave de bien común, nosotros entrechocamos como en los coches
de choque con que jugamos en las ferias. Una cosa es jugar con buenos parachoques y
otra sufrir los golpes en carne viva, faltándonos salud y un poco de bienestar.
Jeremías el profeta hoy arremete contra los malos líderes, malos pastores, que
sólo miran por sus intereses y se desentienden del pueblo. Él piensa en gobernantes,
reyes y sacerdotes de su tiempo. Pero sus metáforas no han perdido nada de su vigor:
“Vosotros dispersasteis a las ovejas y las dejasteis ir sin preocuparos de ellas”. Jesús se
lamenta también de los pastores de su tiempo, sacerdotes y escribas o fariseos, y se
conmueve de la gente que le busca y le sigue, porque andan como oveja sin pastor,
desnortadas, desorientadas, perdidas y perdiendo las posibilidades de una vida digna
cuando se las respete y cuente con ellas
Jesús fue formando a sus discípulos para liderar las comunidades de creyentes
en el reinado del amor de Dios y de la fraternidad humana. A los seres humanos no nos
sale siempre preocuparnos de los demás sino de nosotros y los nuestros. Algunos
discípulos de Jesús, sí que se preocupan de sus hermanos y, laicos y sacerdotes,
seguidores de Jesús entienden ese preocuparse más de los otros que de sí mismos. Estos
están llamados a ser líderes, guías, orientación, luz para otras personas en las etapas de
su vida. Este poner la vida de los demás por delante de la mía trae su costo, es bonito,
pero a veces cansa o toca sufrir por lo demás.
No hay más salida que lo que dice Jesús: “Venid vosotros a solas a un lugar
apartado a descansar un poco” conmigo. Pero luego, ven a los que los buscan y esperan,

y de nuevo se ponen a atenderles porque la gente les conmueve, se dejan afectar por las
personas. Merece la pena ofrecerse para el liderazgo que ejercía Jesús, liderazgo que
comparte con sus discípulos, hasta hoy.