IV Domingo Cuaresma: Comentario del Evangelio

No te pierdas el comentario del Evangelio de este domingo, 30 de marzo de 2025, en el que celebramos el IV Domingo de Cuaresma.

La Palabra de Dios de este domingo IV de cuaresma culmina la historia del Éxodo de Egipto con la comida de los frutos de la tierra habiendo entrado en la tierra prometida con Josué celebrando la Pascua. Es una descripción de la promesa de Dios para el ser humano que enriquecerán los profetas al hablarnos de un Dios que nos invita a sentarnos en su mensa de manjares enjundiosos y vinos de solera. El camino cuaresmal culmina con la celebración de la fiesta de la Pascua.

Mientras tanto, Pablo, en su segunda carta a los Corintios, nos insiste en el tema de la reconciliación. Primero, es Dios mismo quien nos reconcilió con Él en Cristo Jesús, sin pedirnos cuenta de nuestros pecados. Fue la obra de Cristo Jesús, la obra de Dios. Segundo, es Cristo quien encomienda a sus Apóstoles el ministerio de la reconciliación, les encarga el servicio de reconciliar a los hombres con Dios y entre ellos mismos, por eso actúan como enviados de Jesucristo. Y añade, en los Apóstoles y, ahora, en sus sucesores en ese servicio, obispos y sacerdotes, dice, es como Dios mismo os exhortara por medio de nosotros. Y por eso decimos: En nombre de Cristo Jesús, os pedimos que os reconciliéis con Dios. Este es el tercer y último paso: que queramos nosotros reconciliarnos con Dios, o dejarnos reconciliar por Dios.

Para alentar esta voluntad nuestra de levantarnos e ir a solicitar el perdón de Dios por medio de sus sacerdotes, escuchamos hoy solemnemente la gran parábola del hijo pródigo, o mejor, del padre con entrañas de misericordia. Escuchemos: El Padre nos estaba esperando para al recibirnos darnos su abrazo.