PARROQUIA AL DIA

Parroquia de San Lázaro

 

HOJA DE ALELUYA

Sábado, 29. A las 6 tarde, misa. A las 8 tarde, misa.

Domingo, 1. I de Cuaresma. A las 12’30, misa. A las 8, misa.

Lunes, 2.A las 5’30, Refuerzo Escolar. A las 7’30 tarde, Rosario por la vida y la familia. A las 8 tarde, misa.

Martes, 3.A las 5’30, Catequesis de 2º. A las 8 tarde, misa.

Miércoles, 4. A las 5’30, Catequesis de 3º. A las 8 tarde, misa.

Jueves, 5.De 10 a 12 Adoración eucarística, comienza con la Eucaristía del día. A las 7 tarde, Adoración. A las 8 tarde, misa. A las 8’30, Reunión del Movimiento Juan XXIII.

Viernes, 6.A las 6’30 tarde, encuentro de Oración y vida. A las 7’30 tarde, Via Crucis por los sufrimientos de la humanidad. A las 8 tarde, misa.

Sábado, 7.A las 6 tarde, misa. A las 8 tarde, misa.

Domingo, 8. II de Cuaresma. A las 12’30, misa. A las 8, misa.

 

El Evangelio

El primer domingo de cuaresma nos trae a la memoria el pecado de Adán y Eva, el pecado de la humanidad de todos los tiempos, hacerse como Dios, para la creación y para los otros seres humanos. El dominio frente a la humana fraternidad; el dominio de la naturaleza frente a la mirada contemplativa y agradecida, que sabe servirse de la naturaleza, pero con respeto. Dios que puede ser nuestro Señor no ejerce dominio, se ofrece al diálogo con nuestra libertad, en el relato del Génesis se ofrece como un amigo conversa con su amigo. Con el pecado el ser humano se tropieza con la muerte y experimenta la angustia mortal, porque entonces advierte su verdad: que no era Dios ni era el Señor del mundo. No se plantea aquí que sin el pecado no moriríamos. Lo que es consecuencia del pecado es la vivencia de la muerte y la esclavitud que genera el miedo a la muerte del yo, a no ser el señor de la vida y la muerte, a no ser el señor del bien y del mal.

Vivir como humanos es aceptar simplemente ser humanos, llamados a ser hijos y hermanos, meramente usufructuarios de la tierra y sus dones; agradecidos por la vida que no nos hemos dado y que recibimos para generar vida en nuestro entorno;reconocer que el bien no es lo que diga mi voluntad sino lo que afirme la vida que Dios nos ha participado;aceptar que si Dios es quien nos conoce y nos ama, pueda él indicarnos qué es lo que hace bien al hombre y qué no.

Las tentaciones son atajos que nos buscamos para escapar de nuestra verdad de criaturas, de hijos y hermanos, con lo que nos tropezamos no solo con lo contrario de la verdad sino con lo opuesto a la vida. “No sólo depan vive el hombre sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”. “No tentarás al Señor tu Dios”. “Al Señor tu Dios adorarás y sólo a Él le darás culto”. La palabra de Dios es nuestra defensa frente a las tentaciones, como en el relato de Jesús en el Desierto de Judá vecino al Jordán por donde bautizaba Juan (Éxodo y Desierto). La experiencia del Desierto significa extremar la dependencia de Dios sin más apoyos en nosotros. Claro que vendrán las tentaciones de volver a tomar el control. Pero el Espíritu nos sostendrá.

 

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