PARROQUIA AL DIA

Parroquia de San Lázaro

 

Sábado, 14. A las 6 tarde, misa. A las 8 tarde, misa.

Domingo, 15. III de Cuaresma. A las 12’30, misa. A las 6 tarde, Retiro espiritual mensual. A las 8, misa.

Lunes, 16. A las 7’30 tarde, Rosario por la vida y la familia. A las 8 tarde, misa.

Martes, 17. A las 7’30 tarde, oración. A las 8 tarde, misa.

Miércoles, 18. A las 6, tarde, misa. A las 8 tarde, misa.

Jueves, 19. San José. A las 12’30, Misa de las fallas. A las 8 tarde, misa.

Viernes, 20. A las 7’30 tarde, Via Crucis. A las 8 tarde, misa.

Sábado, 21. A las 6 tarde, misa. A las 8 tarde, misa.

Domingo, 22. IV de Cuaresma. A las 12’30, misa. A las 6 tarde, Concierto Extraordinario de Música de Cámara y Cantata de Bach: Schweigt stille, plaudert nicht. A las 8, misa.

 

Aviso: La Parroquia se une a la normativa sanitaria del Arzobispado: Se suprime el agua bendecida. Nos damos la paz con una simple inclinación de la cabeza. Tomaremos la comunión en la mano con el máximo respeto. En una mano se deposita la forma consagrada. Con la otra mano se toma y se lleva a la boca. Se hace delante del sacerdote y luego nos retiramos. Recemos por los enfermos y llevemos una prudente precaución, sin alarmarnos. Confiemos en Dios.

 

El Evangelio

La pregunta que recorre toda la biblia sale este domingo: ¿Está o no está el Señor entre nosotros? Los hebreos han salido del Egipto de la esclavitud, pero el desierto se hace largo y experimentan la necesidad tan humana de agua. Les cuesta resistir en esas condiciones y aparece la duda y la queja contra Dios: ¿Por qué nos sacaste de Egipto…? Dios no falla y responde con su fidelidad.

La pregunta ¿está o no está Dios…?, fue respondida con Jesús: “Emmanuel, Dios-con-nosotros”; y por Jesús: “Yo estaré con vosotros hasta la consumación del mundo”. Pablo lo aprendió bien: “Cuando nosotros estábamos aún sin fuerza, en el tiempo señalado, Cristo murió por los impíos [que éramos nosotros]; ciertamente, apenas habrá quien muera por un justo; por una persona buena tal vez se atrevería alguien a morir; pues bien: Dios nos demostró su amor en que, siendo nosotros todavía pecadores, Cristo murió por nosotros”. Dios no solo no falla, sino que responde más allá de nuestros merecimientos.

La necesidad del agua es real y cada vez más acuciante con el cambio climático que estamos acusando. Nos estamos tomando en serio el no malgastar el agua escasa. Pero Jesús nos advierte, siendo esta agua tan necesaria, caed en la cuenta de que el que bebe de esta agua vuelve a tener sed. En cambio, Jesús nos da a conocer que hay un agua inagotable y que sacia la sed más profunda del ser humano como la sed de justicia y verdad. Esta sed nos la despierta el mundo en que vivimos, en el que abunda tanto la injusticia y la falta de verdad. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia y verdad. Jesús se nos ofrece en persona: será el agua viva que calmará esta sed porque nos revela una justicia mayor y una verdad mejor, que la disponible en nuestras sociedades.

Pero también es verdad que cuando se calma nuestra sed y miramos hacia Jesús, éste despierta de nuevo nuestra sed cada vez a niveles más profundos. Al fin, es la sed de amor que parece insaciable o que solo se podrá saciar con el abrazo de amor de Dios. Quizá es lo que nuestra sociedad más necesita: “Si conocieras el don de Dios y quién es el que te dice ‘dame de beber’, le pedirías tú, y él te daría agua viva”. Invitemos a beber de Jesús, bebamos de su Espíritu que en nuestro interior es como un manantial de agua que salta sin cesar hasta una vida eterna con Dios y los hermanos.

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