Parroquia al día semana 5 Noviembre 2019

Hoja de Aleluya

Sábado, 30. A las 6 tarde, misa. A las 8 tarde, misa.

Domingo, 1.Primer Domingo de Adviento. A las 12’30, misa. A las 7 tarde, Presentación de Carlos de
Foucauld y Adoración. A las 8, Celebración del Beato
Carlos de Foucauld.

Lunes, 2.A las 5’30, Refuerzo Escolar. A las 7’30 de la tarde Rosario por la familia y la vida. A las 8 tarde, misa.

Martes, 3.San Francisco Javier. De 10 a 12, Templo abierto para visitas al Santísimo y oración. A las 5’30, tarde catequesis de 2º de primaria. A las 7, Ensayo de Cantos de Adviento. A las 8 tarde, misa. A las 8’30 Reunión de Acogida de Cáritas.

Miércoles, 4.De 10 a 12, Templo abierto para visitas al Santísimo y oración. A las 5’30 tarde, catequesis de3º primaria. A las 8 tarde, misa.

Jueves, 5. De 10 de la mañana a 12, Adoración, tiempo para el silencio y la oración; comienza con la Eucaristía. A las 5’30 tarde, Refuerzo escolar. A las 7 de la tarde, Adoración. A las 8tarde, misa .A las 8,30 tarde, Reunión de perseverancia de la comunidad Juan XXIII.

Viernes, 6.Fiesta civil de la Constitución. A las 7’30 tarde, Rosario por la nueva evangelización. A las 8 tarde, misa.

Sábado, 7.A las 6 tarde, misa. A las 8 tarde, misa.

Domingo, 8. María Inmaculada en su Concepción y II Domingo de Adviento. A las 12’30, misa. A las 8, misa.

EVANGELIO

“Cuando vuelva el Hijo del hombre…” Esta expresión habla de una segunda venida de Jesús al final de la historia. El Dios que revela Jesús es el Dios que “adviene”, que llega, que viene, que nos emplaza a su venida o a su Día, al encuentro con Él.

La teología del siglo XX en diálogo con la cultura contemporánea, se abrió a una comprensión de Dios como “futuro del hombre”, futuro absoluto. De forma más sencilla: hasta entonces se había divulgado la idea de un Dios creador de este mundo, que venía a ser como el escenario del “gran teatro del mundo”, donde cada uno de nosotros tenía su papel, y sólo tenía que cumplir bien su papel, el que le hubiera tocado. De este modo lo que aquí hacíamos o dejábamos de hacer sólo contaba para los méritos o deméritos con vistas al estado posterior de la muerte. Pero luego se perdería con el final del mundo.

No ha sido fácil transformar esta idea de Dios, por una más fiel al Dios que se revela en la historia de Israel y en la de Jesús, o sea, al Dios de la revelación bíblica. Para Abrahán, Moisés, David y los profetas todos, Dios nos emplaza al futuro, al cumplimiento de su Promesa, promesa de plenitud y justicia a sus criaturas humanas. Bajo la metáfora de una vuelta gloriosa de Jesús, vencedor del pecado, la muerte y del mal, o bajo otra metáfora como la del abrazo sostenible y sin fin en la eternidad de Dios, lo que está claro es que nuestra vida, lo que aquí vivimos, gozamos o padecemos, lo que se vive con amor, por pequeño que parezca, no se pierde, y en el encuentro con Dios se multiplica y se comparte en la gran familia de los hijos de Dios.

Así pues, en el Adviento, no sólo miramos nuestra vida para mejorarla y preparar así el encuentro con el Señor, sino también levantamos nuestra mirada hacia el futuro del Señor que viene a dar valor a nuestras vidas, a recoger o redimir todo cuanto vivimos con amor. En tan gran discontinuidad como nos parece entre nuestra historia y el Cielo, mayor es la continuidad porque Dios en su Hijo Jesús quiere salvar y redimir nuestra vida e historia, y con ella quiere también construir la nueva Jerusalén, la verdadera ciudad de paz, la futura asamblea de los hijos de Dios, en el seno de su Comunión de amor y vida trinitaria. Jesús vino a Palestina, vino como resucitado a sus discípulos, viene ahora como resucitado en cada eucaristía, viene a nuestro encuentro en los rostros que nos miran suplicantes de ayuda, sentido o amor. Y, en el futuro, Jesucristo vendrá una y otra vez animando con su Espíritu esta historia humana, por si podemos anticipar ya aquí algo o mucho de lo que esperamos en el futuro de Dios

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