Recoged los pedazos que han sobrado; que nada se pierda.

El evangelio de este domingo nos relata un signo asombroso que hizo Jesús, con unos pocos panes y peces, comieron una multitud y aún sobró. Se nos cuenta también un signo que anticipaba el de Jesús, en tiempo del profeta Elías. Entonces fueron veinte panes de cebada y grano fresco en espiga para cien hombres. La promesa de Dios fue: “comerán y sobrará”. Estamos, pues, ante un signo mesiánico. Siguiendo el mensaje del domingo pasado, se anuncia que cuando venga el Mesías de Dios habrá justicia, y comerán y sobrará, y habrá que recoger los pedazos que sobren para que nada se pierda, de modo que el pan nuestro de cada día alcance día a día. Vino el Mesías, Jesús, el Hijo de Dios hecho uno de nosotros y se cumplió la promesa, pero cumplida aún sólo a modo de signos. Jesús murió y resucitó, y sus discípulos sólo pudieron continuar el signo de Jesús en la “fracción del pan”, al partir el pan en el memorial de la Cena del Señor que llamamos Eucaristía.
Esa Cena del Señor se vivía y hoy se vive ritualizada en el encuentro del primer día de la semana que era el Domingo, el día del Señor resucitado. Fuera de esa celebración del signo del compartir el pan como hermanos, la vida sigue su curso en que se compite por el pan y por acaparar. Muchas veces hemos meditado sobre este evangelio de los panes y peces suficientes y sobrantes; y muchas veces hemos meditado sobre la necesidad de pan y justicia en nuestro mundo. Hoy podríamos atender al detalle que nos dice: “Recoged los pedazos que han sobrado; que nada se pierda”.
Somos conscientes que vivimos en unas sociedades del descarte. Desechamos muchas cosas y descartamos muchas personas como prescindibles para el mantenimiento del sistema económico y social. No obstante, en los últimos tiempos, se nos advierte que no podemos seguir consumiendo y acumulando desechos que perjudican a la sostenibilidad del planeta tierra. De ahí que hayamos aprendido la urgencia de las tres “R”: Reducir, Reciclar, Reutilizar. Lo mismo que la Palabra de Dios nos pide hoy: Recoged los pedazos que han sobrado; que nada se pierda.